Ultramarinos
Una verdadera y triste especie extinguida, ésta es la verdadera realidad de las tiendas de ultramarinos en Pasaron de la Vera. Aquellos comercios de intensos y variados olores que se fueron apagando como una vela al amanecer. Por ello hoy volvemos a atravesar la puerta de uno de ellos, para recordar viejos aromas, para rescatar de la memoria esos establecimientos que seguro todos conocimos y en parte añoramos.
El leve crujir de las tablillas de madera bajo nuestros pies, el ágil volteo de la puerta a nuestras espaldas y de pronto, ante nuestros ojos, un caos hermoso. Decenas de estanterías, aprovechadas hasta el último milímetro, atiborradas de mercancías de lo más variado. Pimentón, aceite, conservas, bacalao o polvos de azul añil o rojo óxido para pintar las fachadas de las casas o sus interiores. Todo tenía cabida en estos establecimientos que siempre parecieron ajados. La antítesis de la modernidad. Los comercios que suministraron de víveres a tantas generaciones.
Hubo alguno otro como éste en Pasarón como el del Sr. Manolo, el del Tío Lorenzo y posteriormente José “Carolo” y Estefana, el de Tita y Vito o el de Basi.. En concreto el que visitamos hoy es el de Rogelio Mateos , posteriormente su hijo Ignacio y finalmente su nieta Sandalia. Sus frascos de cristal, sus hermosas y grandes latas de conservas colocadas de manera ordenada Los enormes sacos de legumbres al granel situados a la entrada, donde todos estábamos tentados de hundir nuestros dedos. Estoy convencido de que observando esta fotografía a más de uno le vienen a la cabeza aromas y sensaciones casi perdidas.
En aquellos añejos locales apenas había espacio para maniobrar, uno tenía que controlar que tocaba o donde ponía las manos en todo momento, no fuera a ser que se llevase la reprimenda de esos resueltos tenderos que vigilaban de manera desafiante desde el otro lado del mostrador. Ahora, observamos boquiabiertos esta reliquia de hace noventa y ocho años. Quien pudiese entrar una última vez a estos ultramarinos, pasearse por sus gastados suelos y escudriñar sus estantes y paredes en busca de algo tan intangible y preciado como la autenticidad y la cercanía entre los vecinos.
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Fuentes:
-Textos adaptados y foto de www.secretosde Madrid.es. Artículo Fotos antiguas de Madrid: Los ultramarinos por Manu, el 3 de noviembre, 2015.
-Fotografía de Almacenes de la Cañada.
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