Ahondando en el carácter popular de las fiestas taurinas de Pasarón os recuerdo los hechos acaecidos en 1927.
El día 17 de agosto de 1927 apareció publicado en el Heraldo de Madrid (Diario publicado en Madrid entre 1890 y 1939 y de mayor circulación, no solo en Madrid, sino también en el resto de España) la siguiente noticia sobre la capea de Pasarón de la Vera y que transcribo textualmente:
” UNA CAPEA QUE ACABA EN MOTÍN EN PASARÓN DE LA VERA.
Se conocen detalles de los sucesos ocurridos en el pueblo de Pasaron de la Vera con motivo de la capea celebrada días pasados.
A la capea acudieron muchos vecinos de los pueblos próximos, la
mayoría de Jaraíz de la Sierra. El toro arremetió contra una veintena de hombres que se guarecían bajo un tablado, quienes recibieron al animal a pinchazos, palos y pedradas. La res empezó a sangrar por el cuello.
Entonces surgió el motín. Corrió la voz de que eran los forasteros los que habían herido al toro, y enseguida se formó contra ellos una espantosa cruzada.
Los forasteros se refugiaron en las casas próximas y huyeron por los tejados, mientras la Guardia civil trataba de contener a los amotinados.
A uno de los forasteros que corría por un tejado le dieron varias pedradas. A un joven, hijo de un rico ganadero de Jaraíz, tuvieron que defenderle contra las turbas la Guardia Civil, el juez y el dueño de la casa donde se había refugiado.
Costó mucho trabajo restablecer el orden.”
Los mayores del pueblo matizan la noticia y dicen que el toro se acercó a la barrera y allí, un vecino de Jaraíz conocido como El Palatino, sacó una daga y mató al toro. La razón de ello obedecía a los enfrentamientos que tenía esta familia con el pueblo de Pasarón acerca del agua de la Garganta Redonda. Esta familia pudiente de Jaraíz era dueña de la finca Las Regaderas en la cual afloran los manantiales y discurre el acueducto hecho por el Sr. de Pasarón para abastecimiento del municipio. Desde hace siglos existe un contencioso sobre el aprovechamiento de dichas aguas que al día de hoy aún persiste. Dado el odio y animadversión del personaje al pueblo de Pasarón , y al amparo de sus vecinos jaraiceños, mató al toro como he señalado. Los pasaroniegos, al enterarse que era “Palatino” fueron en su búsqueda para lincharlo, éste se refugió en la casa de Tío Teodoro, el de las Ra, (Teodoro Rufo) y por el tejado pasó a la casa de D. Luis Prieto, Casa de Dña. Pepa, desde donde pudo huir.
2 comentarios
Esta historia la he oído contar muchas veces tanto por mis abuelos maternos como por otros mayores del pueblo lp que no savia era en el año que sucedieron los hechos.
Esto no lo sabia yo. El problema del agua creo que continua, por supuesto, a menor escala. En cualquie caso la historia es interesante.