Estos días pasados, ojeando entre papales, vi el libro tituado ” La Flor del Tabaco” de José Manuel Vera Borja. Allí encontré una foto de las hermanas Pérez, Esperanza y Tomasa, con una nota que dice: ” En el norte de Extremadura hay hombres y mujeres que cultivan el tabaco. Son gentes dura como la tierra, de corazón tan mineral, que pareciera modelado en el granito de la sierra de Gredos. Con los ojos del niño que fue los veo en el horizonte con los pies hundidos en el limo del surco, la piel de las manos y la cara cuarteada como la tierra seca y una mirada mansa, en el fondo de cuyo iris aún asoma el lobo con el que hubieron de enfrentarse en el origen, para domeñar esta tierra dolorosamente hermosa”.
Pasaroniegas, mujeres conocidas en nuestro entorno pero no suficientemente reconocidas ni valoradas. Relegadas a un segundo plano, ocultadas y censuradas por el patriarcado, sus rostros nos obligan a enfocar tiempo y espacios, dentro y fuera de casa. Días y noches interminables, años de cuidados y crianzas destinados a la familia, jornadas de duro trabajo en el campo o de realización de tareas invisibles pero imprescindibles.
Soportaron tiempos difíciles, sin derechos, sin libertades, sin independencia económica, sin capacidad para tomar decisiones; atrapadas en silencios, alzan hoy, día 8 de marzo, justamente su voz para ser recordadas y respetadas.
Con el objetivo de lograr un nuevo atractivo turístico con un impacto que refuerce la nueva oferta cultural, diferente y sostenible de Pasarón de la Vera, ha sido presentado días atrás el proyecto de Museo Romántico al Aire Libre, comisariado por D. Luis Guridi y subcomisariado por D. Antonio Hernández Lozano y Dña. Teresa Mateos Sánchez.
Partiendo del epicentro romántico de Pasarón: La Leyenda de La Magdalena, sus calles se convierten en un museo vivo de obras clásicas y contemporáneas de arte cuyo tema principal es el romanticismo.
Las obras se presentan al visitante impresas, dibujadas o colocadas sobre puertas de garaje metálicas, paredes medianeras, en una aplicación respetuosa con el carácter histórico y con las particularidades de la arquitectura verata tradicional.
La selección de obras pictóricas, poemas, etc, se hace buscando cierta simbiosis artística con el carácter del edificio en el que va a ser colocada, tanto en sus tonos, estilo, como en el contenido de la obra.
Uno de los elementos que cohesionan a la sociedad pasaroniega es la cultura, y dentro de ésta el patrimonio en todos sus aspectos. Señas de identidad que afortunadamente aún conservamos y que debemos valorar para que la realidad sea más comprensible a todos.
Y digo esto porque hemos recuperado y trascritas las antiguas ordenanzas que regularon la vida económica y social de Pasarón desde 1568 hasta 1850 aproximadamente.
Evidentemente los hombres y las mujeres de aquellos tiempos no son los mismos, pero sin ellos el presente no sería el mismo ni la identidad tampoco.
Cualquiera de nosotros, los pasaroniegos, tenemos el deber de conservar la cultura de la tierra que nos vio nacer, donde tanto esfuerzo vertieron muchas generaciones y que desgraciadamente, con un sentido equivocado de lo moderno, día a día estamos denostando y destruyendo.
Espero tener la oportunidad de presentar el texto trascrito, que empieza asi: “ En el nombre de dios padre hijo y espiritu santo tres personas y un solo dios verdadero/. por q segun la diversidad de los tiempos conviene algunas veces/. q se muden las leyes y statutos humanos y asimismo q en los libros y hordenanças de los pueblos solamente se escrivan y sten las leyes y ordenanças q se husan y guardan y las demas se tresten (trasten) (….) /. oy domingo q se contaron/. diez y siete dias del mes de setiembre del año de ntra redençion e naçimiento de nro Salvador e señor isuxpo (Jesucristo) de mill e quinientos y sesenta e qtro años (…)acordamos de poner en horden las hordenanças de sta villa q de tiempo antiguo se husan e guardan/. y de quitar las q no se husan y añadir las penas en lo q conviene añadirse/ q por ser tan peqñas no ay castigo ni enmienda/ y para q todos lo sepan y entiendan y guarden como leyes/. hordenanças y statutos muniçipales convenientes a la buena governacion/. desta villa/. que son las siguientes
Buceando en los Libros de Cuentas de la Cofradía de la Ntra. Sra. de La Blanca aparece una anotación en la cual se señala que en el año 1768 D. Antonio Moreno Bote, y su mujer, Dña. Francisca de Acevedo y Miranda, regalan a la Hermandad una estampa de la virgen para que vendan sus reproducciones y así puedan obtener recursos económicos para la misma.
Varias fueron las ediciones de su original. La que aquí aparece es una reproducción financiada por D. Antonio Timón Muñoz en 1894.
El contenido de la estampa muestra en el centro la imagen de Ntra. Sra. en un pequeño retablo. En la parte inferior nos muestra un plano del recinto de la Ermita y donde pueden verse las dos entradas, una de ellas formada por arco de medio punto y rematada con tejadillo a cuatro aguas, el pozo, la iglesia con el soportal del ala oeste, y anexa, la taberna. Frente a la misma, se sitúan los inmuebles destinados a casa de ermitaño y local de la cofradía. Detrás del camarín vemos la plaza de toros y a la derecha el huerto de ermitaño.
En la parte superior aparece una especie de lazo escrito con un pequeño párrafo transcrito de la bula (hoy desaparecida) otorgada por el papa Paulo V en 1608. Se trata de una bula que permitía 160 días de indulgencia plenaria en el día de la inscripción en la cofradía y también en el día de la muerte del cofrade.
Esta estampa nos dice mucho de la grandiosidad que ha tenido a lo largo de la historia la Cofradía de la Virgen Blanca y su santuario. Desgraciadamente hoy no puedo decir lo mismo, su declive y decrepitud es manifiesta.
Me gustaría que todo/as lo/as pasaroniego/as reflexionaramos sobre, no sólo sobre esta cofradía, sino sobre todo este legado cultural trasmitido durante siglos y que, más pronto que tarde, emprendiéramos acciones para revitalizarlo y engrandecerlo.
Decía Wiston Churchill que una nación que olvida su pasado no tiene futuro. Desde esta plataforma quiero reivindicar el conocimiento de la cultura como motor fundamental para marchar hacia adelante.
La importancia de un pueblo la podemos medir, entre otros, por la monumentalidad de los edificios y obras religiosas erigidos en el mismo. En este caso particular, los rayos del Padre Santo de la iglesia de Pasarón de la Vera ocultaban un escudo de los Álvarez de Toledo.
Las obras de reparación de la iglesia han traído un descubrimiento para Pasarón. Se ha podido comprobar que se ocultaba un escudo en la clave central de la bóveda del presbiterio y que se corresponde con la familia nobiliaria de los Álvarez de Toledo, y que es común a la antigua Casa de Alba y Casa de Oropesa. Es decir, se trata de un escudo episcopal jaquelado con quince cuadrados, idéntico al que hay encima de la portada de la sacristía de la catedral de Plasencia. Según los expertos, tratándose de un escudo episcopal su atribución podría aplicarse o bien al obispo Gutiérrez Álvarez de Toledo (1498-1506) o a su sucesor en el cardo Gómez de Solís y Toledo (1509- 1521). Algunos indicios, como el sagrario que hay detrás del retablo en el lado del evangelio y el hecho de que Gómez residiese en Pasarón, «nos hacen inclinarnos por éste último como autor de la reforma de la Iglesia a principios del siglo XVI, es decir del nuevo presbiterio y del realce en altura de la misma como se aprecia claramente en el exterior a los pies del templo», comentan.
Este nuevo descubrimiento puede hacer revisar algunas teorías sobre las autorías de los escudos de la sacristía de la catedral de Plasencia y el que hay en el coro del Monasterio de Yuste, atribuido hasta ahora sin más al primero de los obispos.
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