Hace ya tiempo Piti Campos Rama me envío una fotocopia que estaba referida a la importancia de las escrituras redactadas por los escribanos de Pasarón sobre el agua procedente de los manantíos de los cuales se abastece la población y riegan las parcelas agrícolas.
En el Boletín de la Dirección General de Archivos y Biblioteca, núm. 22, correspondiente a los meses de septiembre-octubre de 1954, páginas 25 a 28, se publica un artículo titulado EL PALACIO DE LA ISLA (la gran obra en Cáceres de la Dirección General de Archivos y Bibliotecas) del que es su autor D. Miguel Muñoz de San Pedro, en el que hace la referencia siguiente:
“Por lo que se refiere al Archivo Histórico, creo de interés quede constancia de lo que a continuación voy a relatar, por la transcendencia que ha tenido para una localidad de la provincia.
Pasarón de la Vera es un pueblecito que vive fundamentalmente de una pequeña zona regable, la cual recibe las aguas procedentes de un manantío que está fuera de su jurisdicción, en una finca de propiedad particular. Recientemente, al cambiar de dueño la aludida finca, el nuevo propietario inició pleito, reclamando para si el absoluto dominio de las aguas. El pueblo de Pasarón se veía imposibilitado de probar su derecho al disfrute del riego, por carecer de documentos. Era sabido, sin embargo, que tal derecho existía, pues en una nota, sin valor probatorio, constaba que sobre el aprovechamiento de las aguas se otorgaron dos escrituras antes escribanos, una en el siglo XVIII y otra en el siglo XIX.
Con estos indicios, el Alcalde y el Secretario del Ayuntamiento se trasladaron a Cáceres, para gestionar la búsqueda en los protocolos del Archivo Histórico. Por desgracia, en lo clasificado por los señores Navarro y Montero no figuraban los escribanos en cuestión. De estar en el Archivo las escrituras, tenían que encontrarse en la parte sin clasificar, en la que hay algunas toneladas de papel en desorden, como consecuencia del transporte y los traslados sufridos.
La tarea de búsqueda resultaba poco menos que imposible; pero ante la vital importancia que los documentos tenían para un vecindario, autorizado por el Director del Centro, el Ayudante del Servicio del Archivo, D. Juan Martínez Quesada, se hizo cargo de hacer la investigación, consiguiendo, después de varios días de enorme tarea, localizar una de las escrituras, la otorgada en 1828 ante el escribano D. Antonio Andrés García, que es la más importante, pues en ella se transcribe la que se otorgó en el siglo XVIII y se hacen luego unas modificaciones sobre el aprovechamiento de las aguas.
Con este documento, Pasarón pudo patentizar su derecho. El Municipio ha ganado el pleito que amenazaba al pueblo con el hambre y la ruina.
Porque refleja la resonancia que el servicio prestado por el Archivo Histórico de Cáceres ha tenido en todas las personas ligadas a Pasarón de la Vera, quiero recoger la siguiente anécdota: “ Unas semanas después del hallazgo del documento, el citado funcionario del Archivo, señor Martínez Quesada, tuvo que ir a Madrid con una hija suya de diez años, para que la asistiera, de una lesión en un pie, el especialista en huesos, D. Agustín Lozano Azulas, Subdirector del Instituto de Reeducación de Inválidos. El doctor es natural de Pasarón, cosa que ignoraba el padre de la niña. Cuando éste le preguntó el importe de los honorarios, aquel le dijo: “ Nada me debe usted, porque me ha pagado con creces encontrando ese documento que salva a mi pueblo de la ruina”.
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